Postura del árbol - Vriksasana
Para realizar correctamente las posturas de equilibrio, como la postura del árbol, se necesita un punto externo sobre el que se fijará la mirada durante el ejercicio.
Como ejecutarla
Posición de partida: sitúate de pie, con los pies juntos y todo el cuerpo vertical.
Fija la mirada en algún punto bien visible que esté enfrente de ti, más o menos a la altura de los ojos. Mantén la mirada en dicho punto durante el ejercicio.
Afirma la pierna izquierda y pasa el peso del cuerpo al pie izquierdo.
A continuación, desliza la planta del pie derecho por la cara interna de la pierna izquierda, llevándola a la rodilla.
Con la mano derecha coge el tobillo y coloca el talón derecho en la ingle izquierda, con la planta bien apoyada en la cara interna del muslo y los dedos del pie apuntando hacia abajo.
Sí no puedes situar el talón en la raíz del muslo, ¡No importa!, sitúalo lo más alto posible. Manteiniendo cierta presión del pie contra el muslo.
Lleva la rodilla derecha hacia atrás, situando las caderas en línea.
Avanzados: situar el pie en posición de medio loto (ver foto), con la ayuda de las manos se coloca el pie derecho en la zona superior del muslo izquierdo.
Hay que girar el tobillo de forma que el empeine del pie se apoye sobre la ingle, mientras la planta apunta hacia el cielo y la rodilla al suelo.
Junta las palmas de las manos en postura de oración y sitúalas en el centro del pecho. Mantén la pierna izquierda firme y el tronco erguido.
Después de algunos segundos, cuando sientas estabilizado el equilibrio, inhalando, eleva los brazos por encima de la cabeza con las palmas de las manos juntas.
Alarga la columna, estira el tronco y los brazos hacia arriba.
Ya estas en la postura del árbol, mantente inmóvil el tiempo que te resulte confortable.
Seguidamente, deshaz la postura lentamente siguiendo los mismos pasos pero a la inversa.
Después de una breve pausa, realiza el ejercicio inviertiendo la posición de las piernas.
Detalles técnicos
- Mantén la cara relajada.
- En la postura final, todo el cuerpo permanece en un mismo plano vertical.
- Observa el pie sobre el que descansa el peso del cuerpo y mantenlo muy bien fijado al suelo.
- Afianza tu centro de gravedad en torno a la respiración abdominal en el área del ombligo. respira de forma natural y equilibrada.
Concentración
Concéntrate en el punto donde enfocas la mirada, en mantener el equilibrio, en la inmovilidad y en el estiramiento hacia arriba.
Beneficios que aporta
- Fortalece pies, tobillos y piernas.
- Desarrolla equilibrio físico, nervioso, emocional y proporciona estabilidad mental.
- Potencia la concentración